ERA SUYA, LA TENÍA Y LA DEJÓ IR

Quizás usted ha escuchado en alguna o varias veces las palabras: era suya, la tenía y la dejó ir. Así es, si vinieron a su mente las narraciones de fútbol, acertó, pues esta frase es muy usada y creada por el señor Enrique Bermúdez de la Serna, quien es comentarista de fútbol.

Esta frase es expresada por el comentarista, cuando un jugador tiene el dominio de la pelota y tiene la oportunidad de anotar gol o hacer una buena jugada, la cual terminará en gol, pero el jugador pierde tal oportunidad. Es aquí cuando se escucha la frase: ¡era suya…la tenía…y la dejó ir!

LA FRASE APLICADA A LA VIDA CRISTIANA

Pero el propósito al escribir esto, no es hablarle del fútbol, sino de algo más importante para usted como Cristiano. Así es hermano (a), como usted lee, esta frase es aplicada muchas veces, en la vida cristiana. ¿Cómo es eso? Sí, esta frase la vemos vívida y muchas veces la expresamos, cuando vemos a un hermano, un Cristiano, después de haber conocido al Señor en su vida, después de haber experimentado la salvación, de haber obtenido el perdón de sus pecados, vuelve a vivir en pecado y así prosigue hasta morir. Es aquí cuando expresamos la frase, -aunque no igual- decimos: “qué triste…la salvación era suya… la tenía… y la dejó ir, al morir en pecado”

ALGUNOS QUE TENÍAN LA SALVACIÓN Y LA DEJARON IR.

Aunque ciertos grupos religiosos enseñen a toda costa, que la salvación no se puede perder, la Biblia dice todo lo contrario; se muestra claramente en la Palabra de Dios, que esto sí puede ocurrir, y aún más, muestra a varios que perdieron la salvación, una vez que la tenían, y esto, por regresar al mundo de pecado, y tergiversaron la Palabra de Dios.
Por mencionar algunos ejemplos, tenemos a Himeneo y Alejandro, de quienes nos dice el apóstol Pablo que “…naufragaron en cuanto a la fe…”, 1ª Tim. 1:19, 20. Después, en su segunda carta a Timoteo, parece el mismo Himeneo, pero ahora con Fileto, de los cuales Pablo nos dice que “…se desviaron de la verdad,…” 2ª Tim. 2:17, 18.

Tenemos también a aquellos que una vez que estuvieron enseñando a la iglesia del Señor, sirviendo, ahora se han vuelto al pecado, me refiero a aquellos a los que el apóstol Pedro menciona en su segunda carta, en todo el capítulo dos. Pedro nos informa que esos falsos maestros “Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam…”, 2ª Pedro 2:15. Lo cierto es que esto no era extraño desde los inicios de la Iglesia, pues el mismo apóstol Pablo, cuando se está despidiendo de los ancianos de Éfeso, les informa del peligro que vendría a la Iglesia, de aquellos hombres que dañarían a la congregación del Señor Jesús, y aún de entre ellos mismos se iban a levantar falsos maestros, Hechos 20:29, 30.

Y SIGUE SUCEDIENDO LO MISMO EN LA ACTUALIDAD

Es claro, pues, que la Biblia nos muestra varios ejemplos de aquellos que tenían la salvación y la dejaron ir. Pero esto no termina, no para en los ejemplos bíblicos, pues hoy, en pleno siglo, se siguen viendo ejemplos de cristianos que, una vez que tienen en sus manos la salvación, después de un tiempo se envuelven en el pecado, y se adentran tanto en él, terminando así, por dejar ir aquella salvación que tenían en sus manos. Con tristeza hemos visto a varios hermanos que han dejado ir su salvación, prefiriendo el pecado en su vida.
Pero este suceso no ocurre solamente con aquellos que ya han tenido la salvación en sus manos, sino que, también es muy visto en las personas que aún no son cristianas.

¡Cuántas veces no hemos visto a personas que llegan a la reunión de la Iglesia, y por mucho tiempo están solamente como asistentes a las actividades! ¿A caso no hemos visto que estas personas son participativas en las actividades, en el apoyo que se requiere? Pero lo triste es que, a algunos de ellos, se les ha llegado el fin de sus días en la tierra, y mueren sin haber obtenido la salvación. Tantas y cuantas veces, se les persuadió a través de la Biblia a aceptar la salvación y simplemente contestaban con una excusa. Lo cierto es que también estas personas, tenían la oportunidad de tomar la salvación, pero la dejaron ir.

CONCLUSIÓN:

¿Ve estimado hermano y usted amigo que lee estas líneas, cómo es que muchos han tenido la oportunidad de ser salvos, pero la han dejado ir? Ahora esta pregunta es para que medite y actúe sobre usted mismo: ¿Es usted una persona que sólo asiste a las reuniones de la Iglesia, y ya tiene algún tiempo reuniéndose, pero no ha aceptado la salvación que Cristo ofrece? Si es así ¿Qué espera para hacerlo? Si usted ya es Cristiano, ¿sigue permaneciendo fiel al Señor? Dios ha puesto la salvación al alcance de todos, nuestra responsabilidad es tomarla y no dejarla ir; de cada uno depende que esta frase se siga repitiendo; amigo, toma la salvación ahora que puedes. Hermano, conserva tu salvación, no sea que después, cunado se esté en tu funeral, se escuche comentar: Era suya…la tenía… y la dejó ir.

Omar Barajas Jiménez