EL DOLOR DE DIOS

Génesis 6:6

Introducción: ¿Alguna vez te has preguntado si tus acciones le causan dolor a Dios? En el libro de génesis están las palabras: “…y le dolió en su corazón”

“Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.”. (Génesis 6:6). Este texto es muy fuerte, en los versículos anteriores se nos muestra la decadencia del hombre, el pecado sólo inundaba sus vidas, y Dios no puede permanecer quieto, pues le duele.

Aunque no podemos decir que Dios siente dolor como el que sentimos nosotros, esta palabra la utiliza el escritor de Génesis para mostrarnos los sentimientos de Dios. Vemos pues que a Dios se le puede causar dolor. A continuación vamos a ver algunos casos.

EL SUFRIMIENTO DEL HOMBRE LE CAUSA DOLOR A DIOS

Uno de los pasajes más conocidos por los cristianos es Juan 11:35 donde dice la escritura: “Jesús lloró”. En esta ocasión Juan nos narra la muerte de Lázaro y la actitud de sus hermanas ante ello. Cuando Jesús iba llegando a donde le lloraban a Lázaro, María salió de prisa a recibir a Jesús, y cuando le vio dijo: “…si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.” Luego la escritura dice de su reacción al ver llorando a Maria “Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,” y después lloro; esto nos indica que Dios siente compasión por el ser humano cuando este se encuentra en dolor; ellas estaban tan desesperadas por la muerte de Lázaro, que se notaba en su llanto, y Cristo se conmovió. Hay muchas personas que creen que Dios permanece inerte ante el dolor humano, pero esto es prueba de que no es así.

El escritor a los Hebreos claramente nos dice lo siguiente: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Es decir, que Cristo sí se compadece de nuestras debilidades, por tanto, cuando estemos en dolor no desviemos la mirada a buscar sólo la ayuda de los hombres, porque ahora sabemos que Dios sí se conmueve de nuestro dolor y aun más dice la escritura que nos acerquemos confiadamente ¿Para qué? Nos lo dice el texto: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Si tú eres cristiano ya tienes un ayudador, dice: Hebreos 13:5-6 “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.” Así que en cada situación de dolor recordemos que Cristo se conmovió del dolor de María y recordemos que él prometió ser nuestro ayudador.

LA REBELDÍA LE CAUSA DOLOR A DIOS

Cuando Jesús está reprendiendo a los fariseos, dirige unas palabras contra los habitantes de Jerusalén y les habla figuradamente, menciona algunas palabras con tristeza “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37) Creo que todos hemos visto como la gallina junta a sus polluelos, y cuando lo hace es un momento hermoso, pues no habla del cuidado que un animal da a sus polluelos, pero al hablar Cristo de Jerusalén se refiere a hombres que rechazaron el cuidado de Dios, recordemos lo que dice Pablo, que Israel es un pueblo rebelde y contradictor (Romanos 10:21) y esto mis hermanos, le causa dolor a Dios. ¿A quién no le causaría dolor que le rechacen? No lo hagamos nosotros con Dios porque la rebeldía le causa dolor. Tenemos otro texto más claro de cuando Jesús derramó lágrimas por Jerusalén, “Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,…” (Lc. 19:41) Cuando el hombre se revela a sus cuidados no sólo dice no te necesito, sino que tampoco hemos aprendido de los errores de Israel, yo les aseguro que muchas veces menospreciamos a Dios y no nos damos cuenta del dolor que le causamos.

EL NO CREER EN CRISTO LE CAUSA DOLOR

Aunque no encontramos ningún texto que nos diga explícitamente esto, por medio de algunos pasajes nos podemos dar cuento que Dios no desea la muerte del hombre incrédulo y por ello no escatima esfuerzos para salvarnos. Juan 3:16 nos dice la manera en que Dios nos ama y que él no desea que el hombre se pierda, el texto también nos dice la manera en que el hombre se puede perder y esto es por no creer en Cristo. Si Dios hizo todo por salvarnos le dará mucho dolor que nosotros no aceptemos la oferta. En el libro de Ezequiel dice: hablando del pueblo de Israel “¿por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.” (Ezequiel 18:31-32) Aunque Israel era rebelde Dios no deseaba su muerte, y hoy es de la misma forma, pues no desea el Señor la muerte del incrédulo, él sigue dándonos tiempo para que nadie perezca (2ª Pedro 3:9) pues desea que nos arrepintamos y creamos en Cristo, no dejemos que nuestra incredulidad le cause dolor a Dios y cuanto antes escuchemos el llamado.

Conclusión: es bueno que Dios se conmueva con nuestro sufrimiento cuando es como el de Maria, pero nunca dejemos que nuestro pecado le cause dolor. Dios es misericordioso pero también tiene un límite, cuidemos que nuestras acciones le agraden (Colosenses 1:10)

Por Javier Barajas Jiménez