El Clamor al fin fue Oído

Génesis 18:16-33

Cuando se habla de las ciudades Sodoma y Gomorra siempre pensamos en destrucción y sufrimiento, esta es una de las historias en las cuales Dios muestra Su ira y desacuerdo en contra de la maldad del hombre; pero alguna vez se ha preguntado usted ¿Qué tiene de enseñanza esta historia? O tal vez ¿Cómo puede hoy ayudar a nuestra vida espiritual, el poner suma atención a esto? En este estudio estaremos tratando las razones por las cuales Dios destruyó a Sodoma y Gomorra de la faz de la tierra, y además, qué nos enseña esta famosa historia.

Todo comienza en la tienda de Abraham mientras él estaba sentado a la puerta de la misma con el calor del día, al levantar sus ojos se dio cuenta que no estaba solo, entonces salió corriendo y se postró en tierra. Sin duda Abraham no sabía el por qué de la visita ni tampoco las dos noticias que le esperaban, habían llegado tres varones y entre ellos está Dios, la primera noticia que le traían fue que pronto y a pesar de su risa y la de su esposa Dios les daría un hijo, con todo y su avanzada edad (Génesis. 17:17; 18:12) El Señor le pregunta ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Claro que no, Dios le promete que tendrá un hijo conforme a la promesa (Génesis 18:1-15) Después de esto, cuando ya se iban Dios dijo ¿Encubriré a Abraham lo que voy a hacer? Génesis 18: [16]Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. 17Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, 18habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Sin duda que Dios se refería a la destrucción de Sodoma y Gomorra, pero no se lo quiso encubrir porque sabía que Abraham amaba a Lot y en la destrucción también perecería él y su familia, pero también se lo quiso revelar porque sabía que Abraham era temeroso de Dios, por lo cual mandaría a sus hijos que fueran igualmente temerosos, entonces encontramos que Dios le rebela su obra porque se agrada de él, qué hermoso es que Dios nos dé la misma confianza y aprobación a nuestra vida y que aún conozca que nuestro futuro como el de Abraham, será permanecer en su presencia, agradándole y mostrándole respeto.

Mientras aun hablaban de estas cosas, Dios le revela la razón por la cual va a destruir las ciudades, pero dentro de esta expresión encontramos algo que nos da una gran enseñanza, los versículos a considerar son 20-21 20Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, 21descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré. Los versículos dicen que hubo un clamor contra Sodoma y Gomorra y éste aumentaba más y más, pero la pregunta es ¿De dónde salió este clamor? ¿Quién clamó y por qué el texto dice esto? Aún la escritura nos dice que por esta razón descenderá, sí, por la razón del clamor que ha venido hasta Él, pero la interrogante sigue siendo la misma ¿Quién clamó? Bueno el texto realmente no nos da mucha información acerca de esto, pero podríamos deducir que el único fiel en estas tierras de maldad sería Lot, En 2ª de Pedro 2:7-9 nos dice que Lot era justo y que estaba abrumado por la conducta de los malvados, y que afligía cada día su alma, imaginemos como eran los días de Lot y cómo se sentiría él siendo justo; ahora podemos inferir que el clamor que Dios escuchó sería sin duda el de él. Qué importante es clamar a Dios y decirle que no nos agrada el pecado. Cuando los Ángeles estaban con Lot le dijeron la razón por la cual Dios iba a destruir Sodoma y Gomorra, “porque vamos a destruir este lugar, POR CUANTO EL CLAMOR CONTRA ELLOS HA SUBIDO DE PUNTO DELANTE DE JEHOVÁ; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo.” (Génesis 19:13)

Cuando la maldad es tanta, la gente permanece cómoda y cree que a nadie incomoda, pero por este texto podemos confiar que no es así, pues siempre hay alguien que teme a Dios y que no soporta el pecado. En la carta a los Romanos 11:2-4 Pablo hablando de Israel toca el tema de Elías cuando dice “…y sólo he quedado…” Dios responde que no sólo él ha quedado y agrega “…Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.” Cómo podemos ver, siempre hay almas dispuestas a servir a Dios en medio de una generación rebelde y pecadora; aun hay hombres que no soportan la maldad. Ezequiel 9:4 no muestra a los hombres gimiendo a causa de la maldad de otros y cómo Dios lo protege por ello. Debemos ser como ellos y clamar que no estamos de acuerdo con el pecado.

Lo que las ciudades de Sodoma y Gomorra nos enseñan es que Dios castiga el pecado y nos sirve de ejemplo para ver el final que tendrán los que quieran vivir impíamente (2ª Pedro 2:6) pero también que Dios ama y guarda a sus hijos y a los que le obedecen, y que el clamor tarde o temprano será oído. Gracias Dios por ser tan justo.

Por Javier Barajas Jiménez