¿Cómo Identificar una iglesia Bíblica?

Introducción:

Estamos viviendo tiempos difíciles dentro del “mundo religioso”, tiempos en los que la mayoría de las personas se preguntan qué iglesia será la que Cristo edificó. Son tantas las iglesias que existen en nuestros días, son tan parecidas en su culto, la mayoría dice seguir y enseñar solamente la Biblia, y cuando nos adentramos a examinar cada una de ellas, nos damos cuenta de que lo menos que siguen y practican en su diario vivir, es la Palabra de Dios. De aquí que, la gente desconfía y no sabe a qué lugar asistir, porque no sabe si sea la iglesia que Cristo edificó, así que en este estudio te compartimos algunos puntos importantes sobre cómo identificar una iglesia bíblica.

 

1.- El peligro ya se había anunciado.

La incertidumbre que estamos viviendo no debería extrañarnos, pues el apóstol Pablo menciona que en los últimos días algunos se desviarían de la verdad, esto es lo que dice Pablo en 1ª Timoteo 4:1: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,…”, también el apóstol Pedro escribió que se levantarían falsos maestros de la Biblia que arrastrarían a personas con sus falsas enseñanzas; esto es lo que nos dice el apóstol Pedro en 2ª Pedro 2:1-3: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas….”, note usted, también, que por causa de estos hombres el camino de la verdad, sería blasfemado, esto es, la verdad sería dañada, caería en cuestionamientos, y esto es precisamente lo que estamos viendo en nuestro tiempo, la gente no sabe a dónde acudir en busca de Dios.

 

2.- La solución al problema la tiene la Biblia.

Aunque esto que estamos viviendo ha afectado la fe de muchas personas, a tal grado que muchos han dejado a Dios de un lado de su vida; en la Biblia encontramos lo que debemos hacer cuando haya esta incertidumbre en nuestra vida. Precisamente, cuando el apóstol Pablo se despedía de los ancianos de Éfeso, les dijo lo siguiente en Hechos 20:28-30, 32: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.”. Pablo sabía los problemas a que se enfrentaría la iglesia; conocía él lo que vendría, una situación grave en la iglesia, pero lo interesante es que juntamente con el anuncio de lo que vendría a la iglesia, les dio también la solución para que ellos –los ancianos en este caso- pudieran afrontar el problema cuando se presentara, encomendarse a Dios, y a la palabra de su gracia, esta es, la palabra de Dios. Esta misma es la que nos dará la solución; en ella encontraremos hoy en nuestros días, en los que hay tanta confusión religiosa, en que hay tantas iglesias que reclaman seguir la Biblia, en ella encontraremos las pautas a seguir para saber cómo identificar una iglesia realmente bíblica, tal como Cristo la edificó. Vallamos, adentrémonos en las páginas de la Biblia, y veamos algunas de las características que nos ayudarán a identificar a la iglesia que Cristo fundó, y comenzar con toda seguridad a relacionarnos con ella.


I.- ESTA IGLESIA ESTÁ EDIFICADA SOBRE CRISTO Y SUS APÓSTOLES EF.2:20-22

Una de las características fundamentales para identificar en nuestros días a la iglesia que Cristo estableció, es que ella está edificada sobre las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles, y de esta manera ella, la iglesia, hasta nuestros días, está siendo edificada, es decir, persiste en las enseñanzas de Cristo, las cuales él transmitió a sus apóstoles.

Esta característica nos la dice el apóstol Pablo en Efesios 2:20-22: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”. Note usted, cómo claramente el apóstol Pablo nos dice que Cristo es la piedra principal –tomando la figura de una casa- del ángulo, y los cimientos, los apóstoles; estas dos partes son fundamentales para que una casa –en este caso, la iglesia- sea bien edificada, y vaya creciendo firmemente. Así, pues, lo que Pablo nos muestra es que esta iglesia desde que comenzó, permanece en las enseñanzas de Cristo, en las palabras de Cristo, las cuales, él pasó a sus apóstoles, en el evangelio de Juan encontramos que Cristo pasa estas palabras a sus apóstoles, para que después ellos, vayan y las enseñen a toda persona, el pasaje es Juan 17:8, 14, 18, 20 “porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” Es claro, como se muestra en este pasaje, lo que hemos dicho anteriormente; ahora bien, ¿permanecía la iglesia en las enseñanzas de los apóstoles? Veamos ahora, un ejemplo muy claro, el cual se encuentra en Hechos 2:41-42: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.” Note usted, cómo claramente Lucas, el escritor del libro de los Hechos, nos dice que los que creyeron y fueron bautizados en aquella misma hora, son los que perseveraban, esto es, persistían en la enseñanza de los apóstoles. Es claro entonces, que la iglesia permanecía desde el comienzo en las enseñanzas de Cristo, las cuales, pasó a sus apóstoles y ellos las enseñaban a la iglesia.

Así que, si queremos saber qué iglesia en nuestros días es la que Cristo edificó, tiene que tener esta característica, tiene que ser aquella que se rige por las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles, es decir, por las enseñanzas que encontramos en el Nuevo Testamento, en el Nuevo Pacto que Cristo hizo. Si una iglesia sigue enseñanzas antiguo testamentarias, esto es, enseñanzas que se encuentran en el Viejo Testamento, enseñanzas como de fe y práctica, tales como por ejemplo, guardar el sábado, ofrecer incienso, sacrificios de animales u otro mandamiento encontrado en el Antiguo Testamento, esa iglesia no es la que Cristo edificó; la iglesia que Cristo edificó, es aquella que sigue única y exclusivamente, las enseñanzas, los mandamientos encontrados en el Nuevo Testamento.

Resumiendo lo que hemos visto en este punto podemos decir lo siguiente:

1.- La iglesia de Cristo es aquella que sigue las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles.

2.- La iglesia de Cristo no sigue mandamientos que se hayan en el Antiguo Testamento.

3.- La iglesia de Cristo se rige única y exclusivamente por el Nuevo Testamento.

4.- En el Nuevo Testamento se hayan las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles. 

 

Algunas enseñanzas que la iglesia de Cristo tiene, y que se encuentran en el Nuevo Testamento.

Ya hemos considerado que una de las características para identificar a la iglesia de Cristo hoy en nuestros días, es que se rige por las enseñanzas que hay en el Nuevo Testamento, pero no se ha mencionado alguna de estos mandamientos que seguían. Así que, mencionaremos algunos, los cuales destacan en el Nuevo Testamento, para que, de esta forma, estemos mejor enterados al examinar y querer saber con más seguridad cuál es la iglesia de Cristo en nuestros días.

1.- El Partimiento del Pan o Cena del Señor.

El partimiento del Pan o Cena del Señor, es algo que Cristo dejó instituido para que la iglesia lo practicara. Vayamos ahora y notemos cuándo es que la iglesia participaba de esta enseñanza. En 1ª Corintios 11:20 Pablo dice a la iglesia en Corinto: “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.” Aquí, Pablo está llamando la atención a los cristianos en Corinto, respecto a la cena del Señor, porque no la estaban practicando correctamente, por eso es que en este texto, él les dice que eso no era comer la cena del Señor. Aquí también, en este versículo nos dice Pablo, cuándo es que participaban de la cena del Señor, y es que ellos participaban de ella, cuando se reunían como iglesia pues el texto dice “Cuando, pues, os reunís vosotros,…”, así que ellos participaban cada que se reunían como iglesia (vea el v.18). Ahora bien, ¿qué día es ese en que se reunían como iglesia? En Hechos 20:7 encontramos que este día era el domingo. En Hechos 20:7 dice: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” Este pasaje es muy especial pues él nos dice qué día es en que la iglesia participaba de la Cena del Señor o Partimiento del pan, nos dice que estando en Troas, Pablo y sus compañeros se reunieron en esa ciudad, el primer día de la semana, esto es, el domingo; el hecho de que participaran hasta el primer día de la semana es importante, pues ellos pudieron reunirse en otro día como iglesia y participar de la cena del Señor, pues se quedaron siete días en Troas, (v.6), pero esperaron hasta el domingo para participar del Partimiento del Pan.

Ahora bien, notemos que el texto dice, “El primer día de la semana…”, aquí Lucas nos deja claro que en Troas, la iglesia se reunía cada primer día de la semana, es decir, cada domingo, esto es entendido por el uso del artículo “El”, también este pasaje nos dice el propósito de la reunión: “…reunidos los discípulos para partir el pan,…”, se reunieron específicamente para participar de la cena del Señor, no precisamente para escuchar a Pablo, sino para tomar la cena del Señor, y como circunstancia en la reunión, Pablo les enseñaba la palabra de Dios. Una cosa más que nos muestra el texto es que dice el primer día de la semana, no el primer domingo de cada mes, es decir, que ya especificó la frecuencia de la participación, pues en otras palabras nos dice que esto lo hacían cada domingo, pues dice primer día de la semana, esto es, el domingo de cada semana. Esto es importante, pues muchas iglesias participan de la cena del Señor, una vez al año, otras lo hacen una vez al mes, una vez cada tres meses, y otras cualquier día de la semana, pero la enseñanza del Nuevo Testamento en cuanto a la práctica de tomar la cena del Señor, es cada domingo.

2.- Las Ofrendas.

La iglesia bíblica sigue la práctica de las ofrendas en el Nuevo Testamento, y acerca de esto se nos dice que la iglesia daba sus ofrendas en el momento en que se encontraban reunidos como iglesia, en 1 Corintios 16:1-2 dice lo siguiente: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. 2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.” Note usted que aquí es claro que la iglesia en corinto se reunía cada domingo, y así mismo, cada primer día de la semana ellos debían ofrendar. Dese cuenta, también, que no solamente Pablo dice el día en que se ofrenda, sino que también nos dice las reglas que deben seguirse para ofrendar, algunas de ellas las encontramos en el versículo dos:

1.- La cantidad que va a dar la establece la persona que va a ofrendar:

“…cada uno de vosotros ponga aparte algo,…” (v.2)

2.- Debe darlo de acuerdo a lo que ganó:

“…según haya prosperado,…” (v.2)

3.- Debe dar cómo haya propuesto en su corazón:

“Cada uno dé como propuso en su corazón:…” ( 2ª Corinthians 9:7)

4.- No le debe pesar lo que dé:

“…no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2ª Corinthians 9:7)

5.- Su ofrenda debe ser abundante, no mezquina, sino generosa:

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra

generosamente, generosamente también segará.” (2 Corinthians 9:6) 

 

Estas dos cosas, tanto la cena del Señor como la ofrenda, son dos enseñanzas que se practican de acuerdo con el Nuevo Testamento, cada domingo. Las reglas para hacerlo están establecidas. En cuanto a la ofrenda se nos dice que no se especifica ninguna cantidad sino que más bien la persona que vaya a dar es la que determina qué cantidad, pero también se le dice que debe ser generoso en su ofrenda. Dos cosas que la iglesia debe seguir practicando ahora en este tiempo si es que ella es la iglesia que Cristo edificó. Si usted conoce una iglesia que no practica estas enseñanzas tal como lo enseña el Nuevo Testamento, entonces no es la iglesia que Cristo edificó; si usted sabe de una iglesia en la que se le dice –y aún se le impone- la cantidad de dinero que debe dar, es posible que esta no sea la iglesia que Cristo edificó.

Hasta aquí, hemos visto que una de las características para identificar en estos tiempos, a la iglesia que Cristo edificó, es que ella:

1.- Sigue las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles.

2.- Que dos de estas enseñanzas son la ofrenda y la cena del Señor

3.- Que estas dos prácticas se llevan a cabo cada domingo en la reunión de la iglesia. (Hechos 20:7; 1ª Corintios 11:18, 20; 1ª Corintios 16:1, 2) 

 

II.- ES LA QUE SIGUE UNA ESTRUCTURA CONFORME AL NUEVO TESTAMENTO.

Otra característica que podemos mencionar aquí, para identificar hoy en día a la iglesia que Cristo fundó, es por la estructura organizacional que ella tiene. Hoy existe muchas iglesias que tienen a un líder ya sea denominado como “apóstol”, “profeta”, “papa”, “enviado”, “elegido”, “iluminado”, etc. ¿Conoce usted alguna iglesia que tenga a una persona como su guía y que es su líder? Hay otras que tienen no sólo una persona que les guía y toma sus decisiones, sino que hay otras iglesias que tienen un grupo de personas que les gobiernan indirectamente, entiéndase “indirectamente” como personas que son parte del mismo grupo religioso, pero que no son miembros de la iglesia local y sin embargo toman decisiones sobre la iglesia local.

Esto nos motiva a analizar quiénes gobernaban a las congregaciones y cómo era su organización de cada iglesia según se muestra en el Nuevo Testamento.

1.- La organización de la iglesia en el Nuevo Testamento.

Las iglesias contaban con un grupo de varones que guiaban, cuidaban, apacentaban, y sustentaban a la iglesia, ellos son llamados como Ancianos, Pastores, Presbíteros, y obispos, todos estos títulos se refieren a las mismas personas, y ellos hablan de la tarea que iban a realizar en la iglesia, con la excepción de la palabra anciano, la cual hace referencia a una persona con edad avanzada. Es importante notar que cada iglesia tenía sus ancianos, esto lo vemos en Hechos 14:23 que dice: “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”, el apóstol Pedro les habla a los ancianos y les dice la labor que ellos realizan en la iglesia cuando ella se sujeta a ellos, en 1ª Pedro 5:1-3 dice: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.”.

Pablo al despedirse de los Ancianos de Éfeso, les dice lo siguiente en cuanto al cuidado que debían tener de la iglesia, en Hechos 20:28 Pablo dice: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” Note usted, como aquí se les llama obispos, y antes les había llamado ancianos a los mismos en Hechos 20:17. La iglesia debía sujetarse a ellos y los ancianos gobernaban a la iglesia que tenían a su cargo. Recuerde que cada congregación contaba con sus ancianos. La iglesia no se sujetaba a otros ancianos que no fueran los que estaban en ella. Una iglesia no tenía poder sobre otra, ni ancianos de otra iglesia podrían gobernar a otra.

Las congregaciones eran independientes, cada una tenía sus ancianos (Hechos 14:23) y ellos instruían a la iglesia siguiendo las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles; y la iglesia se sujetaba a ellos. Los hombres que querían tener el puesto de anciano, debían cumplir con los requisitos que menciona el Nuevo Testamento. (1ª Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9)

También cada congregación contaba con hombres que fungían como Diáconos. Por lo que el Nuevo Testamento muestra, es que ellos no eran parte del gobierno de la iglesia, sino que ellos también se sujetaban a los ancianos, y trabajaban a la par con los ancianos. En Filipenses 1:1, se muestra que en Filipos la iglesia contaba con sus Ancianos y sus diáconos, y no es de esperarse que cada congregación los tuviera. Pero es importante notar que ellos no eran parte del gobierno de la iglesia, sino que también se sujetaban a los ancianos de la congregación; parece ser que su trabajo tenía que ver con ayudar en las necesidades de la iglesia, en Hechos 6, se le llama el “servir a las mesas” (lea Hechos 6:1-6). Los diáconos también debían cumplir ciertos requisitos (1ª Timoteo 3:8-13). Es importante entender que el varón que no cumpliera con los requisitos que se les pedía para el puesto de anciano o diácono, NO PODÍA TENER EL CARGO.

En resumen respecto a este punto, notamos lo siguiente:

1.- Que las iglesias eran independientes.

2.- Cada iglesia tenía sus ancianos y diáconos.

3.- Solamente los Ancianos eran el gobierno local de la iglesia.

4.- La iglesia se sujetaba a sus respectivos ancianos.

5.- La iglesia en tal lugar, no se sujetaba a otra iglesia ni ancianos en otra localidad.

6.- Los hombres debían cumplir los requisitos para el puesto que querían.

7.- Los diáconos no eran parte del gobierno de la iglesia, sino servidores en la iglesia.

Esta característica es vital para poder identificar en estos tiempos, a la iglesia que Cristo edificó. Una iglesia que tiene hombres como ancianos o diáconos, pero no cumplen los requisitos establecidos en el Nuevo Testamento, no se está acomodando al modelo bíblico. Una iglesia que se sujeta a ancianos de otra congregación; ancianos que son gobernados por otros ancianos de otra congregación, no es una iglesia que se conforma a las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles y por lo tanto esta no es la iglesia que Cristo edificó.

III.- ES LA QUE PREDICA EL PLAN DE SALVACIÓN BÍBLICO

Este es posiblemente el punto que marca la diferencia entre la iglesia que Cristo fundó, y las iglesias que existen hoy en nuestro tiempo. Esta característica es la que marca el parte aguas entre una iglesia que es aceptada por Dios y una que no. Este punto pone en evidencia a las iglesias en su error. Podemos asegurar que este punto es la más grande diferencia y característica más importante para identificar en nuestros días a la iglesia que Cristo fundó; puede haber iglesia que tengan ancianos y diáconos conforme a la Biblia, puede haber iglesias que participen de la cena del Señor cada domingo y ofrenden en el mismo día, pero si no enseña el plan bíblico de la salvación, todo lo demás que haga es en vano, pues no ha nacido de nuevo, no es la iglesia que Cristo edificó.

Cuando lanzamos la pregunta ¿Qué se debe hace para ser salvo?, dentro del mundo religioso se pueden dar diferentes respuestas a esta pregunta. Pero sobre todo hay una que más se escucha y es la siguiente: “CREE SOLAMENTE Y SERÁS SALVO”, y a decir verdad esta respuesta es bíblica pues la encontramos en Hechos 16:31; donde Pablo, junto con Silas, le responden al carcelero cuando él pregunta ¿qué debo hacer para ser salvo?, ellos responden: “cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”, pero, ¿será que solamente creyendo eres salvo? Según este pasaje sí; más sin embargo, Cristo dijo en Lucas 13:3, 5 “…si no os arrepentís, todos pereceréis…” ¿nota usted que en este pasaje (Lucas 13:3, 5) somos salvos si solamente nos arrepentimos? En Juan 3:5, Cristo le dijo a Nicodemo si no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios, ¿si mira usted que Cristo dice que para ser salvos debemos ser bautizados, es decir, nacer del agua y del Espíritu solamente; según este pasaje? El apóstol Pedro también dijo en su primera carta, capítulo 3, versículo 21, que el bautismo nos salva, el texto dice: “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,” (1 Peter 3:21)

En Romanos 10:9, 10, si leemos solamente este pasaje, encontraremos que para ser salvos, sólo debemos confesar y creer en Cristo. Un poco más delante en el verso 13, si solamente leyéramos el texto, encontraríamos que para obtener la salvación bastaría con invocar solamente al Señor. ¿Qué es esto? ¿será que sólo creyendo soy salvo? La Biblia nos muestra que no, pues hemos visto muchos textos que nos hablan acerca de la salvación que nos dicen que no sólo creyendo es uno salvo ¿verdad? Pues unos textos nos dicen que sólo confesando, otros que sólo bautizándose, etc. Pero, ¿entonces qué debemos hacer? En Salmos 119:160 encontramos un principio que nos ayudará a cómo entender la Biblia y no cometer alguna equivocación, el salmo dice en sus primeras palabras, “la SUMA de tu palabra es verdad…” El texto nos dice que si sumamos la palabra de Dios, encontraremos la verdad acerca del tema que nos interesa. Entonces, si nosotros sumamos los pasajes que nos hablan de la salvación, encontraremos que para ser salvos debemos: Creer, Arrepentirnos, Confesar, y ser Bautizados, ¿verdad?

Así que no somos salvos solamente creyendo. Cristo resumió estos pasos de salvación en dos; él dijo en Marcos 16:16: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo…” ¿se fija usted que el orden de Cristo, para obtener la salvación es:

Creer + Bautismo = Salvación.

Pondré una vez más el orden que Cristo da para ser salvos, pero ahora lo compararemos con el orden que ponen los católicos y los protestantes o evangélicos:

Orden de Cristo, el bíblico:

Creer + Bautismo = Salvación.

Orden Católico:

Bautismo = Salvación, después Creer.

Orden Protestante:

Creer = Salvación, después Bautismo.

Ahora le preguntaré: ¿Cuál de estos tres, es el orden correcto para obtener la salvación? ¿el protestante?, ¿el católico? O ¿el de Cristo? Estará de acuerdo conmigo en que el correcto es el de Cristo ¿verdad? Ahora, si este orden de Cristo es el correcto, ¿será cierto que solo creyendo seremos salvos? Sin duda alguna que NO es así. Pero, ¿será cierto que para ser salvos debemos hacer esto? Le invito a leer las siguientes citas que nos ayudarán a darnos cuenta de esto y a confirmar que es el orden correcto para ser salvo. A través de estas citas nos daremos cuenta de que todos aquellos que creyeron al evangelio, fueron bautizados y de esta manera, salvos.

¿Quiénes fueron y qué hicieron para ser salvos?

Ellos Creyeron, Se Arrepintieron, Confesaron, y Fueron Bautizados (sumergidos totalmente en agua).

1.- Los Judíos en Pentecostés: Hechos 2:37, 44, 38, 41.

2.- El eunuco etiope: Hechos 8:37, 38.

3.- Los Samaritanos: Hechos 8:6, 12.

4.- Saulo de Tarso: Gálatas 2:16; Hechos 9:18; 22:6-16.

5.- Cornelio: Hechos 10:34; 15:7; 11:18; 10:48.

6.- Lidia: Hechos 16:14, 15.

7.- El carcelero de Filipos: Hechos 16:31-33.

Claramente leemos en estos textos que los que creyeron al evangelio, fueron bautizados y después de ello, Salvos, no solamente creyeron y fueron salvos, sino que creyeron, fueron bautizados, es decir, sumergidos en agua, y después salvos; y esto es de esperarse pues el mismo Señor Jesucristo dijo que de esta manera serían salvos; él dijo a sus discípulos: “..id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo..” Estos no son requisitos que los humanos ponemos para que la gente sea salva, sino que son los requisitos que Cristo mismo dejó establecidos para que, usted, yo, y todo el que quiera ser salvo los lleve a cabo. Si usted quiere ser salvo, debe oír el evangelio, creer a él y ser bautizado, si usted hace esto, será salvo; pero si usted cree solamente debe entender que no ha sido salvo aún, pues Cristo dijo que debía ser bautizado y después sería salvo.

Déjeme ponerle un ejemplo para que usted pueda entender mejor esto: Se cuenta la anécdota de unos pescadores que se estaban ahogando, de pronto los vio un señor y este mando llamar a su hijo, y le dijo que tomara la lancha, un salva vidas, una cuerda, y que fuera a rescatarlos. El hijo fue con todo lo que el padre le dijo y los rescató. Ahora le pregunto a usted ¿Qué cosa fue lo que salvó a los pescadores? ¿el hijo? ¿y si el padre no lo hubiera enviado? ¿o si no hubiera llevado el hijo la cuerda o el salva vidas? Estará usted de acuerdo conmigo que se necesitó todo para que los pescadores fueran salvados ¿verdad? Así es con la salvación, si usted cree al evangelio pero no es bautizado (a), usted no ha sido salvo (a); de la misma manera si es bautizado (a) pero no ha creído al evangelio, de nada le sirve, usted no ha sido salvo (a); pero si usted cree al evangelio y es bautizado (a) esté seguro (a) de que es salvo (a) pues esto es lo que dice el Nuevo Testamento.

La intención en este estudio es sólo invitarle a reflexionar por un momento sobre su salvación, pues tristemente hay personas que creen que son salvas pero en realidad no lo son, y es muy importante que medite usted cómo se encuentra. Usted es quien realmente sabe si ha creído al evangelio y sido bautizada para obtener la salvación. Tal vez en el lugar donde usted se reúne, le enseñen que solo creyendo uno es salvo, que usted no necesita el bautismo para obtener la salvación, pero la Biblia nos enseña lo contrario; ¿a quién creerá usted, a los hombres o a la Palabra de Dios? La respuesta la tiene usted. Dios le ayude a reflexionar sobre su salvación.

CONCLUSIÓN:

Si usted es una persona que anhela encontrar a la iglesia que Cristo edificó, la iglesia bíblica, las características que hemos puesto en este estudio le ayudarán no sólo a encontrarla, sino también a cómo ser parte usted de esta iglesia gloriosa, la cual Cristo compró con su sangre. Resumiendo lo que hemos visto, concluimos que:

1.- Una iglesia Bíblica es la que persevera en las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles.

2.- Una iglesia Bíblica es la que sigue una estructura bíblica.

3.- Una iglesia Bíblica es la que predica y enseña el plan de salvación que Cristo mandó, a saber: creer y ser

bautizado para obtener la salvación. (Marcos 16:15, 16).

El deseo de su servidor es que a través de este estudio sea quitada la venda religiosa que han puesto algunos en los ojos de personas que realmente quieren seguir a Dios y estar con él. Así mismo que usted reflexione acerca de la iglesia en la que se reúne actualmente y examine si es la iglesia que Cristo edificó, de no ser así, que venga a los pies de Jesucristo le acepte y sea bautizado para que reciba el perdón de sus pecados (Hechos 2:38), y sea añadido por Cristo a su iglesia, la que él edificó. (Hechos 2:47).

Atte.
Omar Barajas Jiménez