AMIGOS, Y HERMANOS DE CRISTO

Introducción:

A través de la Biblia encontramos que Cristo es nuestro Señor como tal le debemos servir. Pero lo que pocos saben es que él nos invita a ser tanto sus hermanos como sus amigos…¿había usted, pensado en eso? ¿Puede usted, imaginarse no sólo tener a Cristo como El Señor de nuestras vidas, sino también como hermano y más aún, como amigo?

TENIENDO A CRISTO COMO HERMANO Y AMIGO

¡Tener a Cristo como nuestro amigo y hermano es lo mejor que pudiéramos imaginar! ¿Cuántas veces ha pensado en tener el amigo ideal? Aquel amigo que esperamos y pensamos que nunca nos fallará; aquel de quien sabemos que podemos contar con él siempre en todas las circunstancias de nuestra vida. Y quien no a esperado tener aquel hermano el cual, en todos los momentos más difíciles de nuestra vida, siempre está ahí para consolarnos, para darnos una palabra que nos alienta a salir adelante. Sin duda alguna, sabemos que tarde o temprano tanto aquel mejor amigo y aquel hermano en quienes confiamos, nos fallan.

Teniendo a Cristo como nuestro amigo, y hermano… ¡él nunca nos fallará! Él promete estar con nosotros TODOS los días de nuestra vida (Mateo 28:20) en cada circunstancia de nuestra vida, en los momentos más difíciles Cristo siempre estará con nosotros, él intercede ante nuestro Padre Celestial por nosotros (Romanos 8:34). ¿Lo ves? No hay nada mejor que tener a Cristo como nuestro hermano, y amigo.

¿ES CRISTO TU AMIGO Y HERMANO?

Ahora bien, hacemos esta pregunta hermanos: ¿es Cristo nuestro hermano, y nuestro amigo? Y tú amigo, ¿ya tienes a Cristo como tu amigo y hermano? A través de las palabras del mismo Cristo, sabemos si somos sus hermanos, y sus amigos. Él contestó lo siguiente, cuando le dijeron que su madre y sus hermanos en la carne habían venido a él para verle: “…Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.” (Lucas 8:21) y en el evangelio de Juan 15:14, el Señor Jesucristo expresó: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.” (Juan 15:14)

Cristo dijo que si queríamos ser sus hermanos, la característica sería oír la palabra de Dios y llevarla a la práctica en nuestra vida. Y si queremos ser sus amigos, necesitamos hacer lo que nos manda.

CONCLUSIÓN:

Ahora bien, hermanos, ¿Cristo es su amigo, y su hermano? En otras palabras, ¿estás oyendo, obedeciendo, y actuando conforme a la palabra de Dios? Si es así, ten por seguro que Cristo es tu amigo, y también tu hermano. Amigo que nos visita, ¿desea que Cristo sea su amigo, y su hermano? Los requisitos son los mismos, necesita oír la palabra de Dios y hacer lo que en ella se nos manda. Permita que Cristo sea parte de su vida, aceptando su sacrificio.

Dios le bendiga!

Omar Barajas Jiménez

(Nota: si usted desea aceptar a Cristo, acérquese con alguno de nuestros hermanos de la iglesia)